13 abril 2011

NO nos debe valer el todo vale. Ética periodística, YA!

Hoy estoy realmente dolido. Sé que me pasa de vez en cuando, pero es que hay medios de comunicación, profesionales que se dicen periodistas, que es mejor que se dediquen a la política, porque venden lo que haga falta, sea verdad o no (en este caso, lo de la política no es sólo un recurso literario).

Denuncio el acoso de ciertos medios a ciertos pacientes, aquellos que no están hospitalizados para hacerse un 'lifting' o porque han salido con tal o cual persona, aquellos que tienen dolor, tienen miedo y que aún no pueden olvidar. Esos pacientes que están destrozados por fuera y por dentro a quienes, simplemente nuestra presencia, les hace revivir lo ocurrido.

Dada su situación, ante la insistencia de los pseudoaprendices de periodistas que, al final, hacen lo que quieren, no pueden más que decir NO, un no pequeño y sin voz, en medio de un sollozo. Pero, al final, sale la noticia, sale la foto, claudican ante la insistencia, porque se encuentran en una situación de indefensión.

Y es que ciertos pseudoperiodistas no conocen el dolor, quizás, o no entienden que pueden causarlo. No es que desee el mal a nadie, pero hay que haber vivido una experiencia traumática de cualquier tipo para entenderlo. Hay quién es fuerte y no le importa denunciar lo ocurrido, quien hace frente y quiere publicidad. Eso es lícito, claro que sí... pero no creo que un hospital sea el lugar más adecuado para hacerlo. Las cosas, en caliente, sólo salen bien para los que buscan la angustia y el dolor, no para quien busca información.

NO me vale el ellos querían porque, aunque no lo creáis, nuestra presencia intimida. Nos presentamos en su habitación, les decimos que venimos de tal y pascual y, aunque nos digan que no quieren hablar, tiramos de la lengua. Y eso es acoso. Suerte tienen que ciertos pacientes no tengan fuerzas ni para levantarse para ir al servicio, que no sepan que, simplemente llamando al control de Enfermería esos "intrusos" saldrán de la habitación.

Pero es que luego, cuando acudimos los periodistas de hospital, los responsables de Comunicación, nos lo cuentan, lloran en nuestro hombro porque se sienten intimidados, engañados y dolidos, dolidos en su interior.

Señores, estudiamos ética, pero nos la pasamos por donde queremos sin que haya luego remordimientos... O si los hay, no tenemos los bemoles de denunciar que nos presionan nuestros medios... Porque esa presión también la he vivido en mi etapa de periodismo de calle. Porque esos medios se han olvidado de que deben servir a la sociedad, y no a otros fines "rastreros".

Hoy,decepción con mi profesión. Hoy, un Colegio profesional que regule nuestro trabajo y nos defienda ante los que quieren que desaparezcamos.