18 junio 2012

Menor+toros+cogida=hospital+problemas #intimidad

Foto aparecida en un medio de Castellón y en su web.

Sí, la ecuación es fácil de entender, sobre todo para los que nos enfrentamos a diario a la diatriba entre información y privacidad/intimidad, pero claro, hay que conocerla y no lanzarse al ruedo de forma inconsciente.

Comencemos con las incógnitas: 
  • Menor. Si, menor de 18 años, la edad de la mayoría de edad, esa en la que la persona tiene completa autonomía respecto de su cuerpo y sus acciones. 
  • Toros: sin entrar en dilemas morales o éticos sobre la práctica de los toros en la calle, o como llamamos en esta zona, Bous al Carrer, en los que se permite la entrada y participación de la primera incógnita antes de que se alcancen los 18 (concretamente desde los 16).
  • Cogida: aquello que ocurre cuando la res (sea toro, vaca o vaquilla) embiste a un sujeto, haya o no herida por asta.
La suma de estos conceptos lleva, casi sí o sí, a un ingreso hospitalario, aunque sea para valorar heridas en la cabeza, golpes o fracturas, realizar una cura más profunda de las heridas de asta o por tranquilidad, en muchas ocasiones, del cirujano.
Y aquí llega la incógnita por excelencia, la intimidad del paciente.
Los que alguna vez han ojeado estas página, habrá podido leer algún que otro artículo sobre las complejidad de la protección de la imagen, el honor y la intimidad de todos los pacientes. Y más aún si hablamos de menores de edad. 
Pero claro, un menor de edad, al que debes proteger de forma especial hasta que cumple los 18, va y se puede enfrentar a un "morlaco" de 300 kilos... aquí no cuadra algo. La ley lo es, pero parece que a veces es algo juguetona y cambia según la variable que le pongas delante.
¿Qué hacemos? Y más cuando el suceso se produce en esos momentos en los que no nos encontramos los encargados de la comunicación en los Hospitales, y los periodistas y fotógrafos no tienen la valentía de llamar para preguntar las condiciones... 
Porque ya me repito más que el "ajoaceite" (all-i-oli en esta tierra) cuando me refiero a algunos medios y compañeros de profesión que no parecen tener en cuenta ciertos derechos fundamentales... o en su defecto sus responsables...
Es que, la cuestión, es que si se sigue el procedimiento estándar, no hay problema en que se fotografíe a pacientes, siempre y cuando hayan firmado la autorización para que el Hospital permita a uno o varios medios de comunicación invadir su intimidad (o la de los suyos)... Se llama autorización, y debe ir por escrita, y los compañeros especializados lo saben... pero no el de fin de semana que, a buen seguro, debe cubrir los sucesos y las fiestas del municipio, como un paquete casi indivisible.

Pues nuestra receta por si alguien no la conoce, aquí.


To be continued este verano... estoy por jugarme algo.