Leo esta mañana, con cierto estupor, que el ente Feria Valencia, está realizando un ERE. Y no es sólo porque significa que el sector privado está muy tocado en este inicio de 2011, sino también porque da a entender que las perspectivas no son demasiado halagüeñas para este año. Sin embargo, voy a ser corporativista, que de vez en cuando me lo merezco.
Lo que de verdad me ha llamado la atención es que esa entidad haya incluido en su expediente a una de las responsables de Comunicación, Elena Merino, con la que tuve contacto en mi época de redactor de economía para un periódico de Castellón (sí, economía, que no todo ha sido sanidad en mi vida).
Pues bien. El hecho de que una "empresa" encargada de realizar ferias profesionales, algunas de renombre como Hábitat o Cevisama (mueble y azulejo), tan importantes para la economía de la Comunitat Valenciana, prescinda de profesionales de comunicación es, si cabe, más preocupante. ¿Acaso no han valorado que ellos tienen que comunicar mucho mejor que otras empresas? ¿Somos la gente de comunicación tan prescindibles? Pues parece que sí, a tenor de lo que ha pasado en los últimos años y meses.
No me cabe más que pensar que esos aires también pueden acercarse y tocar al sector que manejo, en el que me siento tan a gusto, pero que no se libra, como parece que nada lo hace, de la actual situación. Cuando las barbas de tu vecino veas cortar...
No me cansaré de repetir algo que expertos de renombre me han dicho durante los dos años en los que estoy haciendo cursos de postgrado en comunicación corporativa. La comunicación es importante en tiempos de bonanza... pero lo es mucho más en tiempos de crisis. Si no se prepara y abona el campo para cuando las condiciones sean mejores, en el momento en que estas llegan costará mucho más producir.
Al tiempo.
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