
Este no va a ser el caso. El departamento de Socorros de la Asamblea Local de Castellón, y mejor dicho, sus voluntarios, nos empeñamos en sacarnos el ATS (Auxiliar de Transporte Sanitario), algo que considerábamos de justicia. Así lo hemos hecho a lo largo del mes de febrero y, los días 11 y 12 de

Ni que decir tiene que no aprobamos todos, por lo menos a la primera pero, como aquel que dice, lo importante son los conocimientos que se reciben y que luego que ponen en práctica. (Para otros la nota será lo único que contará, pero que cada uno se cuelgue la medalla que quiera).
La secuencia de fotografías deja bien claro que pasa por la mente de un joven que se examina. Ya da igual la materia. ¡Ponte nervioso, que es normal!
Arriba, queda el compañerismo y las risas, seguido del nerviosismo que va haciendo mella en las personas. Caras

De ahí, directos a examinarse. Aquí todo lo anterior deja de existir y te pones a la faena. El grupo de la izquierda la verdad es que lo clavó. Se nota la profesionalidad de sus miembros. Qué clase sujetando el casco, esa camilla bien cargada de objetos, valoraciones por doquier.
Un poco más abajo, solitaria la otra socorrista, comienza a valorar a su víctima, vamos los que tienen clase, tienen clase.
Una vez acabado desfase (tampoco lo

Pues bien viene al cuento porque quien nos viera o, personalizo, quien me viera, se echaría las manos a la cabeza. Nada escatológico ni sexual, sino neuronal. Creo que las uniones de neuronas que se han hecho en este grupo de personas (alguna de las cuales ha salido en la foto), van más allá del compañerismo y se dirigen directamente a compartir celda en el centro de reclusión psiquiátrico más cercano. No se nos puede dejar solos en una cosa de estas.
Eso sí, en la calle y a bordo de una ambulancia de la Cruz Roja, lo que queráis, porque somos unos máquinas.

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