Florencia, ¡Oh! Florencia. Bello camping en el que nos despertamos, en la falda de la montaña desde la que se divisa la ciudad. La verdad es que patear, pateamos, viendo todos los monumentos que existen. Otra cosa fue entrar en edificios y museos. El callejeo continua siendo nuestra motivación, y pasamos de esta manera de lo comercial y excesivamente turístico.
Birrillas y coke coke a más de tres euros es lo que nos encontramos en paradas de relax. Pese a ello, la Academia la pisamos, y el impresionante David nos observó varias veces.Además de la cúpula de Bruneleschi la torre y los paraguas también hay que visitarlos. Quien malinterprete, que lo haga viendo la foto.
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