Quizás es un tema algo recurrente, puede, pero es que cuando me da por pensar la de cosas que se ven todos los días, a uno se le coagula la sangre en el cerebro.
Es un tópico lo "malfainers" (malos trabajadores) que son los funcionarios. Sin embargo, cuando el río suena, agua lleva y, cómo no, pagamos justos por pecadores. (Hoy vamos con citas...).
No es lógico ver cómo hay profesionales que no están en su puesto de trabajo a la hora convenida o cómo salen mucho antes de lo que toca. Algunos vendrán de visita, otros saldrán de guardia, pero al final nos conocemos todos, y se sabe quién va a dónde y por qué.
¿Y quién le pone el cascabel al gato? Pues bien, intentos, los ha habido, pero al final todos han caído en saco roto. Las razones de esta caída se podrían resumir en una frase. Todos somos iguales. Por tanto, cuando las diversas familias profesionales tienen diferencias en el trato, eso escama, y en el tema del horario no es menos.
Cuando la intención del gestor es aplicar la ley, surge la controversia (que si me obligas yo dejo de hacer, que si nos obligas a nosotros pero a ellos no te vas a enterar...). Así que la cosa queda en tablas. Ni para ti ni para mi. Para nadie.
Y viene la pregunta del millón: ¿esto puede perjudicar al usuario? En ocasiones sí, en otras no. Pero vamos, en mi humilde opinión, sí.
Cumplir los horarios "con aprovechamiento" ha de ser fundamental, como lo debe ser que la empresa cumpla con sus trabajadores en lo que le toque.
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