
Cambios de sentido, de carril, salidas de rotondas... muchas no se señalizan con el peligro que eso puede procudir... Es una plaga, y si esa es la razón, y las empresas automovilísticas deberían ponerse manos en el asunto.
Sin embargo, quizás el problema no esté en el coche, sino en el humano... ¿habrá otra plaga? En esta ocasión puede que ocurra parecido a lo de los controladores. Una epidemia de dedos rotos, esos de los que no te dejan darle a la palanquita y que se active esa luz (halógena o de led) que indica nuestras intenciones... Creo que, si sigue así, Salud Pública debería poner solución.
Pues eso... compañeros conductores... no pensemos sólo en nosotros, sino en el resto de los que conviven en la 'jungla de asfalto'.
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