Disfruto de mi primera huelga general como trabajador en activo de una forma anómala... de vacaciones. Sin embargo, no tengo por qué esconderme por decir que si no estuviera de descanso, sin duda hubiera acudido a mi puesto de trabajo. Además, como entenderéis, mi puesto, según las circunstancias, es vital para que los medios de comunicación puedan hacer su trabajo en una jornada como esta. Por ello estaba a disposición de la Gerencia para acudir a mi puesto si la situación lo exigía.
Sin embargo, nada de nada... por lo menos en lo que se refiere e la Sanidad Pública. A las 8.00 no había piquetes en las puertas del Hospital y el tráfico en Castellón era más o menos el mismo que otros días. Los compañeros de los medios así lo han reflejado e incluso se han pasado por el Hospital a ver si pasaba algo o no. Normalidad.
Quizás sea porque los pocos afiliados a sindicatos del ámbito sanitario no estaban llamados a la huelga por sus organizaciones, quizás porque piensan que ¿ahora, para qué?, quizás porque hay un descrédito absoluto hacia lo que están haciendo y exponiendo como motivos para el paro de hoy.
Lo cierto es que los trabajadores elegimos a los representantes de la junta de personal de los centros, pero ¿de verdad todos conocemos la cara de todos los que están en la lista? falta y falla algo. Interés de los trabajadores, seguro, pero es que algo se está haciendo mal. La situación de los funcionarios es ahora mismo privilegiada, con sueldos más o menos garantizados, estabilidad y rutina. Por tanto, no tiene sentido reivindicar nada nuevo cuando todo el resto del mundo tiembla por su puesto de trabajo.
Tampoco tiene sentido buscar en el cuerpo funcionarial (estatutario en el caso valenciano) más seguimiento en esta ocasión que en la huelga específica del sector público de hace unos meses. En aquella ocasión, la disparidad de datos entre los que dábamos desde los centros y los sindicatos era abismal. 2 trabajadores en huelga en el Departamento de Castellón y para las centrales sindicales el paro estaba en el 73%... no sé quién se equivocaba, de verdad...
Todo esto lleva al descrédito tanto para unos como para otros. A quién creer, se dirá el ciudadano... pues desde su posición es complicado, porque todos decimos la verdad. Las instituciones la que nos marcan las listas de firmas y los sindicatos la del ojo del delegado sindical. Complicado esto de las huelgas en el S.XXI, con tanta información a nuestra disposición.
Para finalizar, un deseo. Que todos respetemos el derecho de todos a ejercer nuestros derechos de huelga y trabajo.
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